El sistema de riego del césped natural es fundamental a la hora de realizar tareas de mantenimiento en el jardín, lo mejor es instalar riego por aspersión
El riego del césped es una tarea fundamental para mantener el jardín en óptimas condiciones para su uso y disfrute. La función principal del riego es empapar de agua el suelo de la superficie sembrada para tener un césped natural con un color brillante y precioso.
La frecuencia del riego ha de ser dos riegos diarios durante el verano, en primavera (dependiendo de la climatología) cada dos días y en invierno (dependiendo de las lluvias) un riego cada 10 días.
Debemos tener en cuenta otros aspectos en cuanto al riego del césped. Un riego excesivo daría lugar a la aparición de hongos y otras enfermedades. También, provocaría la disolución veloz del abono del que se ha nutrido. De esta manera, con un riego abundante quedaría el suelo bastante compactado y no permitiría oxigenar el césped a la vez que podrían producir charcos con total seguridad.
Por otra parte, la sequedad no le viene nada bien al césped natural. El principal síntoma de sequedad es cuando el césped natural del jardín empieza a tener un color verde grisáceo.
En lo que se refiere a la forma de riego, lo podemos hacer a través de manguera o, bien, instalando riego automático. Desde Agrocesped recomendamos que se instale un riego programado por la sencilla razón de que regaría de forma uniforme todo el jardín. Sin embargo, un riego con manguera no garantizaría esta uniformidad. Si bien esto sería factible para jardines muy pequeños. La ventaja del riego por aspersión es que nos beneficiaríamos de tiempo y dinero.